domingo, 29 de abril de 2012

La indisciplina del saber: la multidisciplina en debate.

En el ámbito de la investigación aplicada, las modalidades unidisciplinarias no siempre responden a las demandas específicas que buscan resolver, pareciera que algunas experiencias concretas se resisten a ser disciplinadas. ¿Cómo esta resistencia exige al conocimiento disciplinario traspasar sus propias fronteras? ¿Cómo esta rebeldía nos lleva a repensar la dicotomía entre teoría y práctica. A esto se le llama indisciplina del saber.


Los dos campos del término disciplina es el entendimiento y la razón práctica. En la epistemología, en el análisis del discurso, en la terminología, en la filología y en la historia de las ideas, las cuales se articulan con el de la razón práctica.

La descripción de una práctica investigativa de carácter no unidisciplinar, donde la metodología se construye a partir del diálogo de los saberes involucrados y responde a situaciones específicas de la investigación en curso. En esta concepción, un aspecto central es la consideración de los compromisos éticos y políticos de los investigadores.

La terminología se ha observado como un instrumento de representación del conocimiento, por lo que sus unidades se consideran meras denominaciones de constructos conceptuales científicamente integrados. Sin embargo, las nuevas perspectivas en el estudio de esta disciplina nos muestran que los términos están íntimamente vinculados a procesos idiosincrásicos y culturales similares a los que intervienen en la lengua general, por lo que más que una representación, constituyen una fuente de producción, transferencia y reproducción del saber.

Los aspectos de la terminología debe considerar los aspectos socioculturales ya que las lenguas son sistemas culturales que vehiculan una determinada percepción del mundo que los grupos sociales jerarquizan por medio del uso; la perspectiva psicosocial; situaciones políticas lingüísticas; aspectos económicos; las influencias teóricas de las escuelas científicas; las situaciones gramaticales o lingüísticas.

La disciplina procede del sustantivo latino disciplina, el cual a su vez se relaciona con el verbo discere, aprender (aprender de alguien algo). De ahí también procede la palabra discipulus. Discípulo, el que aprende. Considerando el binomio aprender-enseñar, convendría además tener presente la palabra “docencia”, del verbo docere, enseñar, mostrar, demostrar o probar, de donde deriva también “docente”, el que enseña.

El prefijo inter significa entre, en medio de (entre una cosa y otra). Se trata de una relación entre dos elementos o más; por lo tanto, “interdisciplina” debe entenderse propiamente como “entre disciplinas”, considerando que se habña de relaciones entre una disciplina y otra u otras, y no de relaciones internas de una sola disciplina, pues en todo caso, esto correspondería al uso de la preposición intra, que significa dentro de, en el interior de.

El prefijo multi viene del adjetivo latino multus=mucho, numeroso, abundante. Por tanto, “multidisciplinario” es lo que se refiere a muchas disciplinas.



El prefijo trans significa más allá de, del otro lado de, o bien, a través de, o por encima de.

La Teoría General de la Terminología (TGT) surge por que dominaba a la filosofía de la ciencia una orientación que había realizado un cambio en la consideración de un asunto recurrente de la tradición filosófica.

Las relaciones que se establecen entre los conceptos son:

Las relaciones lógicas que son las relaciones directas que se basan en el grado y en el tipo de semejanza entre los conceptos. En este tipo de relaciones se consideran la subordinación (cuando el concepto de un término está incluido en uno más genético), la coordinación (la relación existente entre dos o más términos cuyos conceptos están incluidos en un mismo genérico); así como diversas combinaciones de estas relaciones. En cambio, las relaciones ontológicas son indirectas que se dan entre los individuos representados por los conceptos, por razones de proximidad en espacio o tiempo (contigüidad), y por sus conexiones causales.

El Comité de Terminología Técnica de la Academia de Ciencias de la URSS , señaló respecto de la terminología que debe ser no un simple conjunto de palabras, sino un sistema de palabras o sintagmas, que están vinculados entre sí de una forma determinada.

Los 3 requisitos que establece Lotte para lograr una completa sistematicidad de la terminología son: a) Las clasificaciones que analizan los conceptos deben sentar las bases para la elaboración de un sistema de términos. b) Distinguir los rasgos necesarios y suficientes que distinguen a los conceptos y que den ser reflejados en los términos. c) Seleccionar las denominaciones que reflejen de la forma más precisa posible la relación existente entre un concepto dado y otros conceptos relacionados, sin perder de vista su especifidad.

La Teoría Comunicativa de la Terminología (TCT) señala que las dos funciones de la terminología, no puede dejarse de lado que los términos aparecen en un contexto que se denomina discurso especializado o científico, y que este discurso se emplea para establecer procesos de comunicación entre especialistas, o para transferir los conocimientos de especialistas a legos. Esta transferencia es importante porque es una característica inherente a las comunidades científicas. Por tal motivo, los términos son unidades de discurso, lo que los integra en lenguajes especializados.

La lengua, es un sistema dinámico que puede transformarse y que agrupa dentro de sí a un conjunto de subsistemas y de diversas modalidades llamadas dialectales y funcionales, y que tienen que ver con su relación con la cultura, la sociedad y la función comunicativa que ejerce la lengua en su realidad histórica.

La lengua común o general, es un conjunto de normas y unidades que comparten y emplean todos los usuarios de una lengua y que los identifica como hablantes de ésta.

Hoffmann afirma que el sublenguaje es un sistema parcial que se actualiza en los textos de ámbitos comunicativos especializados, en tanto que los lenguajes especializados (o lenguajes de especialidad) son una selección de elementos lingüísticos y de las relaciones que mantienen en estos con una temática restringida. Es decir, lo que determina a los lenguajes de especialidad no es su intención o finalidad comunicativa, sino el contenido o tema comunicativo.

La banalización, puede sorprender que en un término capital para las teorías del lenguaje y la comunicación se encuentre en un punto en el que ya no puede determinarse con certeza el concepto que designa, este fenómeno no es sorprendente en los vocabularios especializados. Galisson lo ha denominado banalización.

La insustancialidad de un término, provoca la banalización se debe a que en el proceso de vulgarización se le aísla del marco conceptual que le da origen y paulatinamente adquiere cierta “autonomía” del sistema, con lo que su extensión se acorta y se fija, alejándolo en menor o mayor medida de lo que en su momento representaba dentro de la disciplina que le dio origen. Por lo tanto, más que un concepto, el término va adquiriendo un significado, el cual se ajusta a las condiciones sociales, culturales y políticas del sistema lingüístico en el que se inserta  y se sujeta a los usos generales que los hablantes hacen de él. Eso, es lo que ha ocurrido con el término multidisciplina.

Los 4 dominios en que las disciplinas se pueden desarrollar según Piaget son: material (objeto de estudio), conceptual (teorías o conocimientos sistematizados referentes al dominio material), epistemológico interno (crítica al aparato conceptual y de las teorías del dominio conceptual de cada disciplina) y epistemológico derivado (análisis de las relaciones entre el sujeto y el objeto del conocimiento).



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